viernes, 27 de mayo de 2011

Es importante reconocer que somos parte de lo mismo, que las naciones y las clases sociales son límites y categorías del hombre, pero todos pertenecemos a una misma especie, vivímos en el corazón de la misma naturaleza, todo lo que se haga en un sitio está conectado con el resto.

También debemos saber que somos seres sujetos a tiempo, que nuestros actos en menor escala se convierten en una avalancha para el futuro, que si hoy descuidamos nuestro pedacito de tierra, mañana no tendremos donde posarnos.

Es hora de buscar armonía con el mundo y todo lo que le ocupa, con nuestra propia especie y las demás que nos acompañan. Las capacidades del hombre deben usarse con inteligencia, una inteligencia que nos lleve a comprender el verdadero sentido de la vida, inteligencia para cuidar y proteger, para alcanzar la sustentabilidad, inteligencia más allá de la rapacidad inmadura de quienes, ante la oportunidad de hacer dinero, no ven más allá de sus narices. Ser inteligente es más que tener una frente amplia, es tener una mente abierta y visionaria, capaz de proyectar consecuencias de sus actos, evaluar riesgos, ponderar y elegir entre varias opciones, justamente eso, ser inteligente es saber que se tienen opciones y que dentro de ellas debemos atender a la más completa. LLevamos mucho tiempo viviendo como niños que se satisfacen con el dulce del momento sin pensar en lo que viene, lo próximo es lo que nos ha interesado, pero no puede ser así, pues ahora estamos pagando el precio de nuestros descuidos.

Es hora de despertar y dirigir nuestra mirada a nosotros mismos para enseñarnos a crecer, al mundo y al otro para enseñarnos a cuidarles. Tengamos siempre presente que toda acción tiene una reacción y que el universo siempre ha de devolvernos aquello que nosotros depositemos en él, es hora de dejar de ver con egoísmo y aprender a despertar nuestro sentido de colectividad, de solidaridad.

Éxito! Se aceptan sugerencias!

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